jueves, 16 de mayo de 2013

Cuarenta y ocho


Cuarenta y ocho años de edad, es un  número por demás interesante para analizar, en la quiniela es el muerto que parla, si lo hacemos desde el punto de vista de Pitágoras (Filósofo Griego) que desarrolló una relación entre los planetas, las palabras y los números, otorgando vibración, y carácter a cada número, así que si analizo mi fecha de cumpleaños, (sumando el día de mi nacimiento, el mes y el año) soy 7, número de la espiritualidad, la conciencia, el análisis psíquico, la sabiduría, el intelecto; después de esto no debería seguir, pero ya que Pitágoras hizo su trabajo a mí me despertó la curiosidad y para este año el número que me corresponde es el 1 (sumo la fecha de nacimiento, el mes y el 2013); , entonces dice que es un año de comienzos nuevos, positivo; por mi nombre me corresponde el 9 la naturaleza emotiva, y en este punto yo que nunca fui buena en matemáticas me hice un gran lío y creo que me voy a diciembre, como hice todos los años que curse el secundario;  en el horóscopo Chino soy Serpiente (a no tocarse ninguna parte que los estoy viendo) y además soy de Tauro, así que tengo un gran año, que le voy a hacer, alguna vez los astros tenían que estar a mi favor.

¿Quien soy? Soy una mujer que todos los días se levanta se mira en el espejo, y se dice vamos a pelear la batalla que nos depara este día, que desde los 8 años su mundo es el color, el dibujo, la pintura, de adolescente la escritura empezó a ocupar un lugar, ya de adulta la fotografía se metió en mi vida, que a los 14 años le dije a mi Mamá, -“Yo voy a ser soltera, no solterona, eso de lavar calzoncillos no se hizo para mi”-, que mi Mamá me miro, sonrío y con los años descubrió que hablaba en serio.

Que a lo largo de estos 48 años, hice y deshice, baraje y di de nuevo, me quede quieta viendo pasar la vida cuando fue necesario, hice grandes revoluciones cuando las necesite, que no soy una mujer políticamente correcta, esa que a los hombres les gusta mostrar en su mundo perfecto, que no soy una mujer que le guste la casita blanca y los niños vestidos de blanco, como dice la canción de ronda “que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”, a mi me gusta abrir la puerta para ir a jugar a mi antojo y no cuando me lo piden; rompí los mandatos matriarcales impuestos y los tire a la basura.

Que soy una mujer que tuvo algunos amantes, algunos no tuvieron las pelotas para ser mi amante (y si muchachos lo tenía que decir, pero tranquilos no voy a dar apellidos, una dama olvido ese detalle), que pase por la vida de muchos sin pena, ni gloria y otros también pasaron por la mía, que sufrí hasta tener las entrañas llenas de dolor y me volví a levantar como si nada hubiera pasado, aunque seguía juntando los pedazos de mí, que tengo mil defectos y algunas virtudes, que no soy una santa, si soy una gran pecadora, que intento vivir cada día como si fuera el último día de mi vida, que no me dejo llevar por la corriente, voy en mi propia corriente, que las frases hechas no se hicieron para mí, las dejo para que otros las repitan, yo hago mis propias frases, buenas o malas, son mías, como mis errores y mis aciertos, que defiendo lo mío, aunque me lleve la vida, la piel, el alma; que dijeron de mí muchas cosas que si soy complicada, que si soy…. y que las seguirán diciendo y como dicen por ahí y no fue escrito por Cervantes Saavedra “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”; mucho más puedo decir yo de misma y reírme de mí, que aquello que los demás puedan decir.

Que hice de mi arte, mi vida, mi estandarte, mi profesión, mi fe, que es mi relación más larga y fiel, que tuvimos nuestras crisis, pero que todos los días me descubro en el arte haciendo algo nuevo, algo viejo, algo…., que mi cabeza a veces está a punto de estallar y siempre estoy pensando donde dejar la semilla del arte para que alguien la recoja.

Que tengo las manos llenas de fracasos y algunos triunfos, que se lo que es perder, más que ganar, que la vida no es color de rosa, que a veces la sonrisa es sólo una máscara de dolor, que no me creo los elogios, que dicen algunos para ver cuando les voy a decir –gracias, soy la mejor-, no lo soy, y si creen que les voy a decir eso, que poco me conocen, que siempre estoy aprendiendo, porque se que todavía me falta mucho por aprender.

Que encontré personas maravillosas que me dieron pequeñas lecciones que se convirtieron en grandes aprendizajes, que me encontré con  personas con grandes egos y con lecciones grandilocuentes y al final no recuerdo sus palabras y sus nombres.

Esta soy, si te gusta bien y si no igual, a mi, me gusta quien soy.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora