El
hijo de la Cholva
Cuando
leí la carta del profesor de Anahí, recordé algo que pasaba cuando
cursaba Quinto Año, en el Comercial 30 de Caba (Ciudad Autónoma de
Buenos Aires), era 1982 y había un rumor a voces, sobre un profesor
que tuve ese año.
El
Femicidio de Anahí despertó todo tipo de comentarios machistas,
acusatorios sobre la víctima desde luego, el más grave es que
Anahí era la culpable de la obsesión de ese profesor que escribió
la carta (quiero aclarar no se si es culpable o inocente, pero si veo
terrible que se haga público el diario íntimo de Anahí, por parte
de la Justicia), siempre existieron profesores acosadores, sólo que
cuando yo era chica y como se nos había criado, no lo llamábamos
acoso, eso formaba parte del “amor romántico” al
que debía aspirar toda niña, adolescente, mujer.
Las
chicas, las pibas no se obsesionan solas con alguién, es ese alguien
que incentiva esa obsesión y les voy a contar algo que recordé que
pasaba en ese Quinto Año de 1982, no recuerdo el nombre del
profesor (el secundario para mí paso sin pena, ni gloria), si
recuerdo el apodo “El hijo de la Cholva” (su mamá era
profesora de contabilidad y siempre pedía el libro de Cholvis), de
ahí el apodo; el rumor era que él solía seguir a las chicas en su
auto e invitarlas a subir a su auto, en la escuela por supuesto era
un profesor serio y respetable de unos 30 y algos, padre de familia,
como siempre lo son los acosadores, mis compañeras estaban atraídas
por él y él lo sabía y jugaba con eso, recuerdo que el debate
entre nosotras era “que si las invitaba a subir al coche y si
ellas lo hacían, -una compañera y yo le decíamos- que eso estaba
mal, eso era pedofilia, él era un hombre grande (porque cuando somos
adolescente siempre pensamos que son viejos) y nosotras éramos menor
de edad, pero eran los 80 y nada sabíamos de estos temas, alguna
vez algunas de nosotras habíamos escuchado hablar de hombres que
abusaban de adolescente, eran tiempos en los que de algunos temas no
se hablaba.
Es
común que escuchemos casos de acoso que se denuncian en las
Universidades, pero muy pocas veces se dice cuando pasa en la escuela
secundaria, a esa edad todas Nosotras somos más vulnerables, el
victimario lo sabe y lo utiliza a su favor, es importante que
empoderemos a las niñas y adolescentes para que dejen de ser
objetos de sus violencias y puedan defenderse, cuando una niña, una
adolescente, una mujer denuncia a un violento no mentimos, como hace
creer el patriarcado.
Stella
Maris Leone Geraci
Artista
Feminista, Activista