sábado, 12 de agosto de 2017

El hijo de la Cholva

El hijo de la Cholva

Cuando leí la carta del profesor de Anahí, recordé algo que pasaba cuando cursaba Quinto Año, en el Comercial 30 de Caba (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), era 1982 y había un rumor a voces, sobre un profesor que tuve ese año.

El Femicidio de Anahí despertó todo tipo de comentarios machistas, acusatorios sobre la víctima desde luego, el más grave es que Anahí era la culpable de la obsesión de ese profesor que escribió la carta (quiero aclarar no se si es culpable o inocente, pero si veo terrible que se haga público el diario íntimo de Anahí, por parte de la Justicia), siempre existieron profesores acosadores, sólo que cuando yo era chica y como se nos había criado, no lo llamábamos acoso, eso formaba parte del “amor romántico” al que debía aspirar toda niña, adolescente, mujer.

Las chicas, las pibas no se obsesionan solas con alguién, es ese alguien que incentiva esa obsesión y les voy a contar algo que recordé que pasaba en ese Quinto Año de 1982, no recuerdo el nombre del profesor (el secundario para mí paso sin pena, ni gloria), si recuerdo el apodo “El hijo de la Cholva” (su mamá era profesora de contabilidad y siempre pedía el libro de Cholvis), de ahí el apodo; el rumor era que él solía seguir a las chicas en su auto e invitarlas a subir a su auto, en la escuela por supuesto era un profesor serio y respetable de unos 30 y algos, padre de familia, como siempre lo son los acosadores, mis compañeras estaban atraídas por él y él lo sabía y jugaba con eso, recuerdo que el debate entre nosotras era “que si las invitaba a subir al coche y si ellas lo hacían, -una compañera y yo le decíamos- que eso estaba mal, eso era pedofilia, él era un hombre grande (porque cuando somos adolescente siempre pensamos que son viejos) y nosotras éramos menor de edad, pero eran los 80 y nada sabíamos de estos temas, alguna vez algunas de nosotras habíamos escuchado hablar de hombres que abusaban de adolescente, eran tiempos en los que de algunos temas no se hablaba.

Es común que escuchemos casos de acoso que se denuncian en las Universidades, pero muy pocas veces se dice cuando pasa en la escuela secundaria, a esa edad todas Nosotras somos más vulnerables, el victimario lo sabe y lo utiliza a su favor, es importante que empoderemos a las niñas y adolescentes para que dejen de ser objetos de sus violencias y puedan defenderse, cuando una niña, una adolescente, una mujer denuncia a un violento no mentimos, como hace creer el patriarcado.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Feminista, Activista