Esta
es mi historia, Yo fui víctima de Violencia de Género
Hoy
con 51 años y con tantos años de militancia en la NO Violencia
hacia la Mujer y en el feminismo, impulsada por unxs amigxs, voy a
escribir mi historia, la que he relatado en forma oral varias veces.
Eran
mediados de los 80, yo tenía unos 20 años, y C (así lo voy
a llamar) era el primer novio oficial que traía a casa, salimos unos
18 meses, era el primo de una ex compañera de secundaria, C
era bueno, amable, y siempre me decía “que como él nadie me
iba a amar”, en esos tiempos yo trabajaba en el Hogar Obrero,
en la Casa Central, en la sección contaduría, además ya daba
clases de arte en mi estudio, a los pocos meses de estar saliendo
comenzó a irme a buscar todos los días al trabajo, mi horario era
de 14 a 22 hs., la excusa era para que no volviera sola de noche,
algo a lo que estaba acostumbrada, siempre fui de salir sola, además
hacía varios años que tenía ese horario de trabajo, con el tiempo
me esperaba en la esquina de casa para alcanzarme hasta la parada de
colectivo, sólo son tres cuadras, la excusa era que quería verme,
fue ahí empezaron las primeras violencias psicológicas, ¿por
qué te pusiste pollera?, ¿por qué te maquillaste?, ¿por
qué...?, cuando me cansaba de tanto control le decía que no
quería verlo más, y cuando lo comentaba con mis compañeras de
trabajo o alguna amiga, lo primero que me decían era “él te
quiere, sólo que es muy celoso” porque nos enseñaron que
celos era igual a amor y yo me preguntaba ¿celoso de que?, si no le
doy motivos.
Dejaba
pasar unos días y venía a buscarme al trabajo con un ramo de
flores, lo perdonaba y después arremetía con más fuerza, me decía
que mis amistades no eran buenas personas y me fue alejando de
algunas, creo que a mí esas personas tampoco me interesaban, de
otras lo intentó pero no pudo, así que siempre hablaba mal de
ellxs, yo sabía que el padre los golpeaba y trataba mal a la madre,
hasta mi Mamá que una vez la conoció personalmente, y sin saber
nada de Violencia de Género y Feminismo le dijo que tenía que
hacerse respetar delante de su marido, por ella y por sus hijos, la
miré a mi Mamá y me quede pensando.
La
relación siguió igual un tiempo. su manipulación, mi rebeldía a
no dejarme doblegar estaban haciendo agua en la relación, un día C
tenía que venir a casa temprano por algo que ya ni recuerdo, llegó
después de varias horas, esa fue la gota que derramó el vaso, lo
hice salir de casa, y en el auto le entregue todas sus cosas, le dije
-no quiero verte más, seguí tu camino y yo el mío-, me baje del
auto; entre a casa, cerré la puerta, mi Mamá y mi Papá me miraron
y les dije muy tranquila que era la última vez que C entraba
a casa; ellos que podrían haber sido muy buenos jugadores de poker,
me miraron, y me dijeron que todo estaba bien, a mí no se me cayó
una sola lagrima, es más me sentía liviana después de tomar esa
decisión.
A
los pocos días vinieron de una florería con un gran ramos de
flores, el cual rechace, dije que la persona a la que buscaba no
vivía ahí, fue en ese momento que empezó a tejer su trama de
manipulador, llamaba a lxs amigxs de los que había hablado mal, le
abrían las puertas de su casa, les decía cuánto me quería;
después ellxs venían y me decían –C te quiere dale otra
oportunidad, y ahí les contaba, lo que él decía de ellos-, una vez
intento hablar con mis Padres, ellos me contaron que vino, jamás me
dijeron volve con él, a la segunda vez que quiso hablar con ellos,
le dijeron que no, respetaban mi decisión, mis amigxs le empezaron
a cerrar las puertas, mis Padres se pusieron al frente de la gran
muralla de contención, fue ahí cuando C pasó al plan B, que
encendió la alarma en muchxs de mi entorno, menos en mí.
Como
les relataba al principio, yo salía de trabajar a las 22 hs., a
veces dependiendo el cierre por ahí era más tarde, una noche volvía
en el colectivo y ví que el auto estaba siguiéndome, pensé estoy
loca, al volver a mirar era él, creí que era casualidad, lo vi la
noche siguiente, la siguiente y la siguiente, lo comente en casa y la
sabiduría de mis Padres, esa de no decir nada, y poner cara de nada,
fue bueno para mí, yo seguí haciendo mi vida, cuando lo conté en
el trabajo, mis compañerxs creo que pensaron que no era normal, de
pronto todxs se turnaban para acompañarme hasta la parada de
colectivo, o me esperaban si tomaban el mismo colectvo que yo, al
llegar a casa en la parada estaba mi Papá esperando, sólo para que
no fuera sola, recuerdo una noche que volvía de un casamiento de una
compañera de trabajo, casamiento al que C no quería que
fuera, cuando me iba a volver de la fiesta, una compañera me dice
espera te llevamos nosotros que estamos de paso, -no sea cosa que te
esté esperando- me dice, así fue, estaba en el auto, en la esquina
de casa, me baje, la salude a ella y su novio, entre a casa y me fui
a dormir.
Al
otro día comente en casa que él estaba en la esquina, siguió un
tiempo más siguiendome; una noche no lo vi más, un día mi Mamá me
pregunta si lo había visto a C le dije que no, ahí me contó
“un amigo A del barrio donde se crió mi
Mamá , tenía una hija mujer S y dos hijos
varones a los que yo trataba, S salía con un
amigo de C, así que a veces iba a la casa de
ellos, un día A y sus hijos varones hablaron
con él, le dijeron que si a mí me pasaba algo, ya le habían dado
todos sus datos a R un polícia del barrio y
amigo de ellos, él sería el primero que irían a buscar”.
En
el 2000 empecé a trabajar en mi obra la iconografía de la mujer y
desde 2007-2008 trabajo el tema de la Violencia de Género, desde el
arte y luego como un compromiso social, al principio decía lo que
todas Nosotras decimos “yo no fui víctima de violencia”,
con los años empecé a contar en las charlas muy brevemente esta
situación, con los años empecé a analizarla desde otro lugar, que
hubiera pasado si no lo amenazaban, que hubiera pasado si un día un
compañero, un amigo, un hombre volvía conmigo, quizás hubiera
pasado a ser parte de la lista de crímenes pasionales como se las
llamaba en esos tiempos.
Yo
tuve suerte, tuve un entorno con Mis Padres al frente que formaron un
muro de contención, con amigxs, que formaron una segunda muralla,
pero cuantas como yo en esos momentos no tuvieron la misma suerte que
yo, en estos días que estuve participando en distintos eventos,
entre todxs los debates siempre digo lo importante que es, que
todxs aprendamos a acompañar a una Mujer Víctima de Violencia,
estar ahí sin cuestionar, hoy que tenemos tantas herramientas
podemos hacer la diferencia, para no llegar a un femicidio, a una de
Nosotras muerta.
Hace
años escucho relatos de mujeres, algunas me escriben y cuentan su
historia, pocas de ellas hice públicas por pedido de ellas, hoy soy
yo la que escribe en primera persona y cuento mi historia, seguiré
escuchando y leyendo historias mientras me la quieran contar, seguiré
haciendo arte, escribiendo, hablando y marchando en contra de la
Violencia Machista, hasta que el cuerpo diga basta.
Stella
Maris Leone Geraci
Artista
Feminista, Artivista