El Árbol de Navidad
Como todos los 8 de Diciembre siguiendo mis propias tradiciones, las que vinieron de mi Madre, armo mi árbol, con los años fue mutando, ya no pongo ese árbol de plástico verde, el ficus de la entrada cumple la función de árbol de navidad, adentro a veces no pongo nada, o armo un pequeño recordatorio para fecha.
Este año improvise un árbol de recuerdos, cuando era chica y viviamos en la casa de mi Abuela Josefa, a ella le enviaban desde su Caltanissetta natal, a mi Papá sus tía/os, prima/os le enviaban desde Rosario postales navideñas por correo postal, algo que quedo en el olvido de los tiempos, hoy con suerte te mandan un WhatsApp, un correo electrónico, o te etiquetan en una foto a vos y 100 personas más en las redes sociales para saludarte, eso y no saludarte sería lo mismo, también un tema de debate para otro momento; volviendo a las tarjetas navideñas, cuando llegaba una, me las apropiaba, las empecé a guardar y con los años, siguen en mi poder.
Algunas de ellas acusan el paso del tiempo, pero igual quise armar mi árbol de navidad con las tarjetas navideñas pequeños tesoros de otros tiempos, el pesebre que tiene tantos años y fue creciendo, está prolijamente guardado, desde hace varios años, prefiero poner un pequeño altar con esas pequeñas cosas que siempre me rodean, una foto de mis Padres en una radio antigua convertida en caja de luz, una foto mía cuando era demasiado pequeña, la muñeca mi compañera de trabajo (porque como siempre dije soy yo y somos todas), un espejo, flores en agua, las gemas, mis Ángeles, una vela, una rama de olivo, una pluma, una imagen de María y las luces navideñas con forma de ángeles.
Necesitaba rodearme de las viejas tradiciones heredadas de mi Abuela. de mi Madre y las mías propias, alejada del consumo que imponen estás fechas y más cerca de mi propio centro espiritual.
Stella Maris Leone Geraci