Hijas
perfectas del patriarcado
Cuándo
tenía veinte años una mujer me dijo, “la violación es un acto de
poder que ejerce el hombre hacia una mujer”, esa frase quedo
marcada en mi mente.
Después
del femicidio de Micaela García, la búsqueda que seguimos
haciendo de Araceli Fulles, los dichos de Baby Echecopar
(actor - comunicador), sobre las niñas, parece ser que seguimos sin
aprender nada, la víctima sigue siendo la responsable de todo lo que
le paso y de lo que no le paso.
En
estos días los comentarios fueron de lo más variados, si usa un
mini short, si usa una minifalda, si pone trompita al sacarse una
foto, si muestra el corpiño, si muestra su escote, que no salga
sola, que no vaya a buscar trabajo sóla, que hace una chica joven
caminando sola a esas horas.
Que
pasa cuando leemos o escuchamos esto de un hombre, la justificación
automática de la corporación del género masculino es Ella es
quien provoca, no puede salir así a la calle o sarcase una foto
así, tiene la culpa de ser violada sentencian; si esas mismas
expresiones las leemos de una mujer, ahí entendemos que el machismo
no tiene género, y entonces viene la doble moral, a la final voy a
terminar pensando que yo era la única que a los veinte años salía
viernes, sábados, domingos, me iba de vacaciones sóla, volvía
tarde casi de madrugada sola en colectivo, y no había celular, que
utilizaba la ropa interior para ir a bailar o a tomar algo, acaso
todas las mujeres que levantan el dedo acusador contra las jóvenes
que hoy son víctimas de violación, todas ellas eran puras, castas y
vivían en un convento.
Las
cuestionan si son niñas, las cuestionan si son adolescente, las
cuestionan si son jóvenes, imagino que todas Ellas criaron hijas
perfectas del patriarcado, sumisas, que no dicen un si y un no,
que van a misa todos los domingos, que no salen con sus amiga/os y
que son el ideal del patriarcado, les falta la aureola y son santas
inmaculadas, cuando una niña, una adolescente es abusada, violada el
responsable es alguien del entorno, un abuelo, un tío, un primo, un
amigo de la familia, cuando un hombre viola a una mujer en la gran
mayoría de los casos su pareja es responsable, luego tenemos el
factor externo al depredador, que sólo busca una mujer para violar y
tener poder.
Cuando
yo era chica las que venimos de familia italiana, y nos criamos
rodeada/os de Italiana/os, las mujeres solían tener una expresión
que me molestaba, ellas decían “son todas putañeras” (es
decir sólo eran chicas decentes sus hijas, el resto no), mi Abuela
(que también era Italiana y les dire mi Abuela no se andaba con
chiquitas a la hora de ser castradora), solía responderles “no
se puede escupir al cielo cuando hay niñas en la cuna”, hoy
las etiquetas siguen existiendo y todas tienen vidas perfectas, hijas
perfectas y las educaron de manera perfecta; es muy fácil levantar
el dedo acusador contra la otra, contra la que fue violada, contra la
que está desaparecida, contra la que fue asesinada.
El
machismo no es una cuestión de género, como escribía al principio,
es una cuestión de educación arraigada en nuestra cultura, como en
la mía que desciendo de Italianos, por suerte mi Mamá que fue
criada de manera muy estricta a mi me dio todas las libertades
necesarias para que sea un Mujer Independiente, o como decimos
hoy una Mujer Empoderada, debemos desculturizar en las
culturas machistas, en las culturas de la violación, empezar a
educar en igualdad de género, no sólo entre mujeres y hombres,
debemos incluir a lesbianas, gay, trans sexuales, queer, bisexuales e
intersexuales, no sólo educar en nuestras casas, también debemos
exigir al estado políticas de género, que se lleven a las escuelas,
no como un tema que se ve, una vez al año, si como una materia que
forme parte de la currícula desde el jardín, hasta la universidad,
es imperioso formar profesionales con una mirada en la igualdad de
género, si no queremos seguir llorando, marchando por más Micaelas.
Stella
Maris Leone Geraci
Artista
Feminista, Activista
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